Negro

Adital – Argentina – Adital/Argenpress – Sarmiento: ‘Llego feliz a esta Cámara de Diputados de Buenos Aires, donde no hay gauchos, ni negros, ni pobres. Somos la gente decente, es decir patriota’. El 6 de julio de 1976, el diario La Opinión de Bs. As. publicaba una nota titulada ‘Los negros han desaparecido del ámbito de Buenos Aires’ firmada por el escritor y periodista, Blas Matamoro. Antecediendo al título, la volanta intentaba aclararle al desprevenido lector los motivos de dicha desaparición que fue concretada (supuestamente), ‘Tras siglos de guerras, esclavitud, candombes y tango’. Se trata de una nota de tono nostálgico, descriptiva y rica en matices; que comienza con una afirmación contundente: ‘Buenos Aires fue una ciudad de predominio negro. Hay quien arriesga un probable 60 por ciento de población de color’. Negros, mulatos, blancos, amarillos… Parecería que se intentó evitar la repetición de la palabra ‘Negro’. Aunque debe pensarse que, esta frase más que ambigua, resulta ingrata. ¿A qué se refiere Matamoro con ‘población de color’? Tal vez a una historia ‘antigua’, donde los portadores de piel blanca decretaron que podían considerarse los únicos dignos de pertenecer al género humano. Algo razonable para algunos intelectuales como el filósofo francés Charles Louis Montesquieu -que tantas ideas aportara a los patriotas de la Revolución de Mayo allá por el cercano 1810- a quien le ‘Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro’. Nadie advirtió el error de Matamoro, pues parece que ningún secretario de redacción del ya mítico diario -dirigido por Jacobo Timerman- olvidó retractarse y publicar al día siguiente -o durante la semana- la obligada disculpa, comúnmente titulada ‘Fe de erratas’. Dos años antes de la publicación de esta nota, el plan que perseguía el gobierno Juan Carlos Onganía desde 1966, se llevaba a cabo con clausura del Shimmy club, uno de los espacios culturales más importantes de los afro-argentinos y los militares trasladaban a Ciudad Evita a la comunidad africana que habitaba la Ciudad de Buenos Aires. Finalmente, el artículo atribuye esta desaparición de los afro-argentinos, puntualmente, a las guerras patrias, las enfermedades, el mestizaje con la primera inmigración europea y el alto nivel de mortalidad infantil. Luego se despide aclarando que ‘multitudes de voces y raíces negras y bozales (de castellano deformado por los negros) quedaron en el habla corriente de Buenos Aires, y pueblan nuestra conversación cotidiana’. Pero los negros no se han esfumado de esta ciudad y su herencia sigue teniendo más herederos de lo que se piensa. Según las estadísticas extraoficiales, la población de origen africano en Argentina está estimada en medio millón, desperdigada por todo el país, formando a veces pequeñas comunidades en la provincia de Buenos Aires en Munro, Palermo, Liniers, Morón, Chascomús y La Plata. También viven en Tucumán, Salta, Río Negro o Santa Fe, donde según relata la fundadora de la asociación África Vive, María Magdalena Lamadrid: ‘Una química -antes de irse a Francia- vino a contarnos que ella hizo un estudio de sangre en Rosario y el 3 por ciento es negro, y de eso no se habla, y cuando vuelva de París, quiere hacerlo acá (Buenos Aires), quiere hacer las pruebas de sangre y me dijo, ‘tráeme a la persona más blanca que conozcas y nosotros le analizamos la sangre, vamos a ver si es blanca o negra”. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) se negó durante el último censo nacional a incluir una tilde para preguntar la descendencia de los habitantes. Lamadrid -descendiente de una pareja de esclavos que vivió aquí desde la época del Virreinato- cree que hay dos millones de afro-argentinos y explicó por qué el Estado se niega a hacer una relevación: ‘Estamos haciendo el censo por nuestra cuenta, primero nos querían ayudar con 1000 pesos, hoy nos ofrecieron 5000, o sea, me están tapando la boca para que no le haga un juicio al INDEC. Porque mi idea, no es esperar 10 años, sino hacerlo en cinco y poner la tilde y después le voy a cobrar al INDEC. Ellos no quieren hacerlo, no les interesa poner la tilde. No es que lo pida yo porque se me antoja a mí, lo pidieron los indígenas y les dijeron que no. Acá si no gritas, no hay derecho para nada’. Se estima que de la actual población negra, el 39 por ciento nació en Argentina, el 28 en África y la misma proporción en países americanos. Entre éstos se destacan los uruguayos y los brasileños, según informan en África Vive, quienes -gracias a un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo y la ayuda de la Fundación Kellogs- luchan desde 1996 para desmitificar la desaparición de los negros en Argentina. Mito que hasta el ex presidente Carlos Saúl Menem creyó conveniente revalidar cuando resaltó en una ocasión: ‘En Argentina no existen los negros; ese problema lo tiene Brasil’. Lea la segunda parte del artículo en el DOCUMENTO RELACIONADO “EL ORIGEN”. *La Onda Digital

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